La realidad es que no hay nada malo con decirle “no” a un cliente, no determina tu nivel de compromiso, determina tu seguridad. El factor tiempo va de la mano con esto, porque al decir “no”, evitamos comprometer nuestro tiempo con cosas que no contábamos hacer.
Conoce tus límites, sé que a veces queremos cumplirles a todos, pero si no es una prioridad definitivamente es un “no”. Ni tan siquiera te sientas mal, es normal no tener el tiempo para todo.
Si no te gusta decir “no”, tranquilo, existen otras maneras de decirlo, como delegar o realizarlo en otro momento.
No pretendo con este blog que digas “no” para todo, sino que te puedas enfocar en las cosas que tienen prioridad antes de comprometer tu tiempo con algo más.
Ejemplos de clientes a los que puedes decirle “No”:
- Te piden descuento
- No respetan tu tiempo
- Te tratan como un empleado y no como dueño de negocio
- Pagan en 2 semanas y quieren el trabajo para ayer
- No saben diferenciar la amistad con el trabajo
Debemos entender que no todos son clientes potenciales.
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